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Mostrando entradas de septiembre, 2023
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  “Oscuridad en la casa y luz en la calle”, un decir que se usó por algún tiempo en mi familia para definir aquellos de quienes se hablaba muy bien en la calle —entre vecinos y amigos—, pero en la casa eran un motivo de discusiones y peleas. Había quienes decían que debía ser al contrario: toda luz en la casa y dejar la oscuridad para la calle, como si la familia, por ser familia, obligara a un comportamiento luminoso aunque promoviera por su propia dinámica el caos. Un caos que surge justamente de la enorme diferencia que la conforma: esa unión de individuos que cohabitan en un espacio y que, agrupados bajo el signo de familia, acogen ciertas líneas que permiten la convivencia, pero que no los exime de ser al fin de cuentas individuos dueños y señores de sí mismos. Una individualidad que la familia pretende pasar por alto considerando que sus líneas de convivencia tienen el alcance de las ideas y los ideales personales, en busca de una homogeneidad imposible y en muchas ocasiones ca
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  ¿Qué es lo que se celebra en el nacimiento de un acto creativo: una pintura, una obra de teatro, una película, la publicación de un libro? Se celebra la decisión, la voluntad y el esfuerzo que implicó llevarla a cabo. Pero esta no es una celebración que pueda ser solitaria; tal vez en un primer momento, cuando el artista dice listo, terminé, puede experimentar cierto gozo personal, pero solo se sentirá completo cuando sea expuesta ante el otro. Es en la mirada del otro donde el creador encuentra el gozo para celebrar su obra, porque él hace parte de ella. Y no es como se piensa —aunque a veces sea así—, que es la vanidad del artista la que lo lleva a exponer su trabajo; sino que en la ecuación natural del oficio el otro es fundamental, porque el artista se sabe reconocido en él, su obra es la forma como dialoga, como le cuenta lo que siente y experimenta, y en ese encuentro de miradas espera coincidir. Tal vez por esto suena tan destemplado cuando alguien se refiere a una obra co
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  Talento, talento, talento… ¿Nacemos con determinados talentos o los adquirimos? Se ha demostrado que el talento es una habilidad con la que se nace, lo que se adquiere son los medios para desarrollarlo. Ahora bien, por mi experiencia sé que carezco de muchos talentos para desempeñar ciertas tareas, aunque tenga interés en ellas. Me reconozco muy poco hábil para el razonamiento matemático, medir distancias o leer mapas; también me resultan esquivas las artes manuales y las plásticas —no terminaría la enumeración—. Tal vez por eso la expresión “usted puede hacer todo lo que se proponga” me suena destemplada y a la vez peligrosa: destemplada porque no es cierto y peligrosa porque en ese intentar hacer “todo lo que nos propongamos”, nos perdemos de hacer y perfeccionar aquello para lo que sí tenemos talento. Descubrir que somos buenos en algo —o en varios algos, que no es lo mismo que en todo— es absolutamente liberador; sin embargo, quienes se creen la consigna del “todo” encuen