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“Bájese de ese bus” Quiere decir que ese bus no lo va a llevar a donde quiere ir. Una expresión popular, sí, y mucho; pero no por esto carente de sentido, sobre todo cuando en la búsqueda del desarrollo de algún proyecto personal —de la dimensión que sea— vamos por la ruta equivocada o descubrimos que hemos entregado a otro la posibilidad de que se realice. También aplica para cuando nos damos cuenta de que debemos, por las circunstancias, revaluar eso que deseamos hacer o que hemos hecho durante mucho tiempo para determinar qué tanto nos aporta o no el dejar de hacerlo y, en términos de esfuerzo, cuanto nos cuesta seguir. En cualquiera de los dos casos, al bajarnos del bus hay que buscar otra ruta, si la hay, o plantearnos una propia; pero ocurre, y con más frecuencia de lo que creemos, que en el vacío de rutas preferimos abandonar la carretera y desechamos cualquier oportunidad que tendríamos de continuar plena y activamente durante el viaje. La ruta equivocada, o la meta