Personas como campos minados

—Camina despacio, habla bajito, mira con timidez y mucho cuidado con lo que dices porque en cualquier momento la situación puede estallarte en la cara.

Este mundo de relaciones parece un campo minado, cualquier palabra, gesto o acción pueden detonar sin más un encuentro incómodo. Vas por la vida siendo lo que eres, dejando en tus palabras y acciones una evidencia de lo que eres, y por más inofensivo que parezcas, en un segundo, con la persona acertada, pero en un momento equivocado, se desata un estallido emotivo del cual te acusan.

Hay personas que parecen detectores de minas: por su posición —si tienen alguna autoridad—, por lo que representan, o simplemente por su forma conciliadora de entender la vida, que los convierte en blanco de reclamos y exigencias, como si por cualquiera de las características anteriores se despojaran de su cualidad de humanos y adoptaran un aura de quien todo lo sabe y, como todo lo sabe, debe de saber que hoy no amaneciste bien y que eso que te dijo te produjo un gran dolor.

Y ¿cómo lo iba a saber?

Andamos tan cargados de dolor —imaginario o real— que cuando hallamos un detector le explotamos en la cara nuestras insatisfacciones esperando que él las lleve; como si con esto lográramos deshacernos definitivamente de ellas. Cosa que no ocurre porque las minas, si no tienen cuidado, se vuelven a cargar, y un detector entrenado no servirá de receptor consciente de ningún dolor ajeno.

Se me ocurre que el mundo —tal y como lo concebimos, no en su realidad— está lleno de dolor, pero también lo está de gente que aboga por un estado mental tranquilo; así, aunque detecten el dolor no entran en consonancia con la emotividad que le produce al otro; es decir, no se dejan tocar para convertirse en minas, solo así consiguen un estado de paz que no es neutralidad ni mucho menos indiferencia, solo es entendimiento.

Comentarios

  1. En esteña complejo y delicada realidad; que hasta nis supera todos reaccionamos diferente pero al punto de volverse personas intocables como campos minados. Es toda una desgracia mas

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