El verbo copiar lo he escuchado con cierta frecuencia en diferentes escenarios, con expresiones como: “¿me copias?, “no, eso no te lo copio” o “te copié”; en estos casos se refieren a una idea. Podrían reemplazarse por: “¿me entiendes?”, “no estoy de acuerdo” o “no me gusta”; pero parece que la palabra copiar en el contexto de quien la usa adquiere cierta contundencia.

Esto no se trata de juzgar el uso apropiado o no del verbo, ni más faltaba; sino de cómo al usarlo en ciertos escenarios adquiere otra forma, tal vez impacto. La verdad es que algunas veces urge usarlo, como me ocurrió por estos días que perdí por lo menos media hora viendo un video que me ofrecía una terapia facial, con la que aseguraba tonificar los músculos de la cara, aumentar el colágeno y retrasar en mucho los signos del envejecimiento. El video no solo era absurdamente largo —lo que ya era sospechoso—, sino amenazante porque en cada intento de salir aparecía una cara que decía: ¡Vas a abandonarlo en el mejor momento! Al final el video solo pretendía que descargara una aplicación en la que sí estaba lo que buscaba.

¡Qué barbaridad!, nunca me había sentido tan manipulada. Por supuesto al principio me enojé con la señora del video, y finalmente conmigo, con lo ridículo de mis expectativas que se peleaban con la “razón” que me decía: ¡te están engañando!

El tema es que sabía lo que estaba pasando y a pesar de eso no hice nada, me quedé observando, tras la promesa.

Se me ocurre que a veces somos así, nos cuesta poner límite a nuestras expectativas, a las ilusiones[1], y les “copiamos” todo sin percatarnos de cuánto nos manipulan. Lo peor es que, a pesar de ser nuestras, las sentimos ajenas —como si alguien nos las impusiera—, y de alguna forma les damos gobierno.

Se nos advierte mucho de las posibles manipulaciones que hay en la internet, pero ¿y qué pasa con las nuestras?



[1] Dejo claro que no tengo nada en contra de las ilusiones: ¿qué sería del vivir sin la ilusión? El asunto es la medida, ese pequeño ajuste que requiere la ilusión con ese tema álgido de la realidad.

Comentarios

Entradas populares de este blog